sábado, 4 de julio de 2015

El tesoro de la familia latina no debería perderse ante el canto tentador del confort....




No siempre lo acertamos a reconocer, pero uno de los precios que paga una sociedad por el progreso económico y la autonomía personal es la soledad. Aparenta ser un cobro cruel cuando llega la vejez. Si uno visita los países que alcanzaron la riqueza y el bienestar varias décadas antes que nosotros, lo primero que le llama la atención es la extrema soledad de algunos de sus ancianos. Es la desmembración del contrato familiar, redactado sobre el cariño, pero también sobre la necesidad, la unión y la fuerza de un destino compartido. Cuando en Francia padecieron una ola de calor veraniego inédita, la más terrible revelación fue descubrir que cientos de ancianos fallecieron sin asistencia, sin nadie que preguntara o se ocupara de ellos. España no es ajena al envejecimiento demográfico, realidad estadística que viene acompañada de una información que aún no estamos preparados para recibir y que describe un doloroso y nuevo perfil de la soledad.
Ha tenido cierto éxito en estas semanas pasadas la recogida de fondos para un documental norteamericano que se titula Present Perfect. Retrata el proyecto de una residencia de ancianos en Mount St. Vincent, en Providence, que acoge durante las horas del día a los alumnos de una guardería infantil. La convivencia de los niños pequeños con los salones poblados de ancianos ha provocado una imagen emotiva y sorprendente. Antes de esta iniciativa desarrollada en ese centro de Seattle, el Ayuntamiento de París elaboró un plan de alquiler de habitaciones que ponía en comunicación a ancianos que vivían en soledad con estudiantes que aspiraban a vivienda dentro de la cara y rutilante ciudad. Siempre me pareció una idea inteligente que espero que perfiles de alcaldes como los nuevos elegidos en Madrid, Barcelona, Zaragoza y Valencia fomenten en sus ciudades, que acogen estudiantes universitarios de todo el mundo, pero también ancianos locales con los primeros síntomas de esa nueva soledad fabricada en la España rica pero insolidaria.
La más interesante encrucijada de la vida consiste en la observación del paso del tiempo. Es ahí donde la convivencia entre los viejos y los niños propició una apertura de mente en las décadas del estallido de natalidad. Las casas abiertas y sobrepobladas ofrecían un contundente retrato de la vida comprimido en un pasillo y las habitaciones caseras. El tesoro de la familia latina no debería perderse ante el canto tentador del confort y el aislamiento disfrazado de socialización de las nuevas tecnologías. Viejos y niños transmiten la verdad de la vida en cada poro de sus distintas pieles. Su convivencia es la mejor información.  
David Trueva

viernes, 3 de julio de 2015

jueves, 2 de julio de 2015

Consejos de una mujer de 60 para otra de 30



Más sabe el demonio por viejo, que por demonio", eso dice el dicho popular, y pocas personas podrán quitarle la razón: crecer es madurar y almacenar conocimiento aprendido con los años. Por ello es tan importante lo que los mayores tienen que decirnos, y mejor si podemos hacerlo antes de lamentarnos. Te contamos los 60 consejos que una mujer de 60 años dice a otra de 30.
Los siguientes consejos los trae la escritora Margaret Manning, creadora de la comunidad online 'Sixty and me', pensada para mujeres con más de 60 años. Según ella misma explica en un artículo en el diario británico Huffington Post, hubo un momento en el que se dio cuenta de que las mujeres de 30 años estaban tremendamente agobiadas por hacerse mayores.
Por ello, propuso a la comunidad de internautas de su página web que cada una lanzaraun consejo para estas mujeres jóvenes de 30 años, y el resultado es una interesante lista que tiene ideas sobre estilo de vida, actitud, belleza, autoestima, relaciones, y, sí, la edad y el envejecimiento. Aquí te los dejamos, no tienen desperdicio.

1- Recuerda que solo tienes una vida; esto no es un ensayo.
2-  Intenta ser positiva y buscar el lado bueno de cada experiencia vital.
3-  Piensa en el aquí y el ahora.
4- Vive cada día de tu vida de forma plena porque no sabes lo que te espera a la vuelta de la esquina.
5- Recuerda que la vida puede cambiar en un instante.
6- Ama todas las etapas de tu vida y no temas pasar por ninguna, porque todas y cada una de ellas son mágicas.
7- Aprende a vivir el momento. Si consigues hacerlo cuando eres joven, te ayudará cuando tengas 60.
8- La vida es demasiado corta como para estar preocupándose por algo que ocurrirá en el futuro. Vive el hoy.
9- ¡Sal y disfruta de la naturaleza!
10- Busca un hobby o un empleo que te hagan experimentar las diferentes sensaciones de cada fase de tu vida.
11- Sé tú misma. Envejece con dignidad.
12- Concéntrate en envejecer de forma positiva, no en evitar el envejecimiento.
13- Acepta los cambios de tu cuerpo y de tu mente a medida que vas madurando.
14- Sé sincera contigo misma siempre. Es un proceso de aprendizaje lento, pero vale la pena.
15- Guarda tus recuerdos, pero no seas demasiado dura contigo misma.
16- Virginia Wolf tenía razón; una mujer necesita una habitación para ella sola y 500 dólares.
17- Olvida los estereotipos de la sociedad sobre el envejecimiento.
18- No te preocupes por envejecer. Preocúpate por el aburrimiento.
19- La edad es solo un número, no define quién eres.
20- El tiempo va a pasar quieras o no, así que ¡empieza a vivirlo!
21- No dejes de inspirarte.
22- Vive de una manera sencilla y ahorra. Ejercítate, cultívate, lee y viaja.
23- Cómprate ropa clásica, siempre estará a la moda.
24- No malgastes el dinero en zapatos: los hombres no se fijan en tus pies.
25- No llenes tu vida de cosas ni personas inútiles
26- Sé tú misma; brilla con luz propia. Muéstrate presente, verdadera, consciente y viva en cada momento.
27- No te obsesiones con las arrugas. Cuando empiecen a aparecer en tu cara, piensa que son el mapa de tu vida.
28- Vive con pasión y con amor, con los ojos y el corazón abiertos. Simplemente, sé feliz.
29- Vive el presente; no te preocupes por envejecer. Lo mejor está por venir.
30- Valora los pequeños placeres de la vida; no compliques más las cosas.
31- Quiere y respeta a tu pareja y a tus hijos del mismo modo que quieres que ellos te amen y te respeten a ti.
32- Da tu amor de forma libre e incondicional.
33- Ten hijos cuando quieras tenerlos: no hay un momento clave y específico para ello.
34- Muestra empatía contigo misma y con los que te rodean.
35- Haz muchas fotos, te alegrarás de tenerlas cuando tus seres queridos dejen de estar ahí.
36- Aprende a perdonar desde la juventud.
37- Olvida tus enfados, y deja que la gratitud y la alegría sean tu ley de vida.
38- Ten un círculo íntimo de amigas. ¡Es fundamental!
39- Valora a tu familia. Estarán contigo cuando los demás se alejen. Te apoyarán durante todo el recorrido de tu vida.
40- Nunca te vayas a dormir enfadada contigo misma o con otra persona.
41- Dile a tu pareja, a tus amigos y a tu familia que los quieres todos los días.
42- A los 30 te haces mujer. Aprecia tu belleza.
43- No pierdas el tiempo preocupándote de cosas que no puedes cambiar; cambia las cosas que sí puedes.
44- Sal cuanto antes de una mala relación, no puedes cambiar a la otra persona.
45- ¡Cuida tu piel! Y sonríe con frecuencia.
46- Confía en tus instintos y nunca hables mal de ti.
47- Sé amable contigo misma. No tengas en cuenta lo que no está bajo tu control. Si hay algo que te hace sentir mal, sácalo de tu vida.
48- Aprende a reírte de ti misma. ¡No seas tan seria!
49- Concédete un rato para ti misma cada día; ríete y sonríe a cada momento.
50- Simplemente, sé tu misma. No ansíes la perfección.
51- Si tienes hijos, quiérelos, pero no intentes ser una madre perfecta.
52- Deja que tu hijo sea tu maestro.
53- Sé una guerrera; aprende a disponer de tus propios recursos y a ser autosuficiente.
54- No te dejes guiar por el miedo.
55- No dejes de aprender y refuerza tu mente, tu físico y tu espíritu.
56- Muéstrate agradecida cada día, hasta cuando sea un mal día. Siempre hay una lección por aprender.
57- Acepta los aspectos positivos del envejecimiento, como el hecho de tener menos responsabilidad y más libertad.
58- Muchas batallas se simplifican con la edad.
59- No dejes que nadie te diga que eres demasiado vieja para hacer algo... o demasiado joven.
60- No tengas miedo. Cuando envejezcas, te sentirás bien. La vida y la naturaleza te preparan para cada fase de tu vida.
¿Qué te parecen estos consejos? Para reflexionar sobre nuestro estilo de vida, ¿verdad?
Ángela R. Bonachera

miércoles, 1 de julio de 2015

EXCELENTE LECCIÓN DE DARÍN A FANTINO !

                        Alejandro Fantino.                   Ricardo Darín  
FANTINO NO LO ENTIENDE. NO LE "ENTRA"

DARIN entrevistado por Fantino EN ANIMALES SUELTOS:

Fantino: ¿Es cierto que vos rechazaste una oferta para filmar en Hollywood con Tarantino?. -
Darín: Sí, claro. -
F: Y ¿Por qué?. -
D: Porque me ofrecieron el papel principal pero tenía que hacer de narco mexicano, y yo le pregunté a su productor por qué los mexicanos tienen que seguir haciendo de narcos si los que más consumen merca a nivel planetario son los yankees. -
F: ¿Y qué te contestó?. -
D: Bueno…a ver…la respuesta que me dio me molestó tanto que afirmó que estaba en lo correcto no filmar con Tarantino. Me dijo: “Entonces es una cuestión de plata, diga cuánto más quiere que se la pagamos, usted ponga la cifra”. Es decir, no pueden llegar a ver ni comprender que hay códigos por fuera del dinero que algunos todavía portamos, ¿me explico?. -
F: Mmm...no…la verdad que no. -
D: ¿Cómo que no?, Ale, vos sos un tipo piola, tenés que comprender de qué te hablo. -
F: Pero podrías haber tenido más plata. -
D: ¿Más plata? ¿ser millonario?...y…¿Para qué?. -
F: ¿Cómo para qué?...para ser feliz!. -
D: ¿Feliz con más plata?, ¿De qué me hablás?. -
F: Bueno…todos quisiéramos tener más plata y ser felices. -
D: Ale, yo tengo plata, tengo un auto importado de alta gama. Desayuno, ceno y almuerzo lo que quiero y puedo darme dos duchas calientes al día ¿vos tenés idea de cuánta gente del mundo puede darse dos baños calientes al día?, muy poca gente puede darse ese gusto. Y como no me considero un excelente actor, siempre digo que lo mío fue pura suerte ¿me entendés? En este mundo capitalista salvaje yo soy un tipo de muchísima suerte. Yo soy un privilegiado entre millones de personas, y además tengo la suerte de poder ver eso en mí, que me permite tener una buena cuenta bancaria y no creérmela. Yo me puedo ver desde afuera y me digo “Puta, loco, qué suerte que tuviste”. -
F: Pero hubieras filmado en Hollywood…y no podés negarme que de Tarantino al Oscar hay un paso. -
D: Creo no me sé explicar bien…yo ya estuve en la ceremonia de los Oscar y no me gustó, todo es de plástico dorado, hasta las relaciones entre las personas. Fui, la pasé lindo, lo disfruté…pero ese mundo no es lo mío, no es lo que yo elegí en esta vida. -
F: Realmente me asombrás, Ricardo…te hacía más realista…más con los pies sobre la tierra. -
D: Mirá qué casualidad !!!…yo a vos también
UN GRANDE DARÍN

martes, 30 de junio de 2015

La sabiduría.





La sabiduría mas importante que podemos adquirir no te la da la escuela, el liceo o la universidad. Te la da la vidas, a cada rato, en todo momento, todos los días, los meses, los años.
Cuanto mas viejo te vuelves, mas sabio te haces.
Por eso no reniego de mis arrugas, de tener piernas cansadas, de que el brillo de mis ojos se haya extinguido, mis manos manchadas y mi pelo este blanco, al contrario, estoy orgullosa.
Si ese es el precio que hay que pagar para aprender cada día una nueva lección de vida, quiero mas arrugas, mas manchas en la piel, ojos mas opacos y todo lo que conlleva el tener la oportunidad de seguir aprendiendo.
A pesar de que la ley de vida me haga saber que el tiempo que me queda no es mucho, sigo habida de seguir aprendiendo. No concibo vivir inmersa en mi propio mundo, sin luchar por mis ideales, sin estar informada de lo que pasa en este planeta, sin seguir sorprendiéndome por las maravillas que nos regala la naturaleza, sin tender una mano cuando alguien la necesita, sin dar una palabra de aliento o motivación a quien quiera tomarla, sin hacerme cargo de aportar mi granito de arena para hacer de este mundo un lugar mejor  para vivir.
Soy más feliz dando que recibiendo, por eso cuando hago algo por los demás no lo hago por lástima o para que digan de mi, "que buena persona", lo hago porque con esos gestos me acaricio el alma, me siento bien, me hago feliz, es una sensación inigualable.

domingo, 28 de junio de 2015

La rueda.



Una mañana de frío y sol, de esas que amo, estaba sentada en el colectivo y frente a mí se había sentado una anciana a quien acompañaba un hombre joven, presumí yo que era su hijo.
La anciana llevaba un bastón de los que tienen tres pequeñas patas, pero aún así se aferraba con fuerza -la que podía- al brazo del hombre.
No pude evitar mirarla y ver en ella una fragilidad que me conmovió. La anciana se aferraba con una mano a su bastón y con la otra a su hijo. Cierto es que el movimiento de un colectivo no ofrece estabilidad, pero yo sentí que esa mujer se sentía insegura, frágil e inestable todo el día y todos los días.
Me produjo una infinita piedad ver esa imagen, ella tan frágil, él tan seguro, ella mucho mayor que él y pareciendo tanto más pequeña. De pronto la anciana habló y con voz temblorosa y una mirada muy dulce le dijo a su hijo:
-Es que yo contigo me siento más segura ¿sabes? -Casi como justificando que su mano no le soltara el brazo. Pareció una disculpa más que un comentario.
Él asintió con la cabeza y yo, mientras intentaba sin mucho éxito contener el llanto, comencé a pensar en cómo la vida se parece a una rueda.
Esa mujer hoy anciana, insegura aún sentada, con un bastón y su hijo sosteniendo su mano, fue por mucho tiempo el sostén de ese hombre. Ese hombre hoy adulto fue, en algún momento, un bebé indefenso y frágil. Ella cuidó de él y ahora él cuida de ella.
Imaginé cómo habría sido la vida de esa mujer que seguramente en muchos puntos es igual a la de cualquier madre o padre. Parió a su hijo, lo cuidó, lo amó, no durmió por él, le enseñó a caminar, las primeras letras, lo ayudó a aprender a andar en bicicleta. Luego compartió sus estudios, celebró sus éxitos y se entristeció con sus derrotas. Contuvo sus lágrimas, escuchó su llanto, consoló su corazón. Lo albergó y también lo dejó libre. Le dio las herramientas para que ese pequeño fuese el hombre que hoy estaba parado junto a ella, cuidando su fragilidad.
Es conmovedor ver cómo a medida que pasa el tiempo, todo se va transformando hasta llegar un momento en el que pareciera ser que todo es similar al principio.
El comienzo de una vida, por paradójico que parezca, tiene algo de parecido al final. Tanto en un estadio, como en el otro, dependemos de aquellos que nos aman y no sólo de sus cuidados, sino del amor que nos prodiguen.
Cuando somos pequeños nuestros padres nos toman de la mano y así, tanto literalmente, como metafóricamente, nos enseñan a caminar por la vida. Cuantos más ancianos somos, también nos toman de la mano, esta vez para ayudarnos y también para guiarnos.
Cuando somos pequeños nuestros padres se parecen a héroes que todo lo pueden y los observamos con amor y con admiración sabiendo que nos cuidan y nos defienden. Al pasar los años, esos héroes van envejeciendo y necesitan ser cuidados y defendidos por aquellos a quienes ellos formaron y protegieron.
El paso poco firme, el temor, en algunos casos el no poder valerse por uno mismo, son puntos en común entre la niñez y la vejez. En el principio de nuestras vidas, como al final del camino necesitamos imperiosamente de quienes están a nuestro lado.
Mis ojos no pudieron dejar de mirar a la anciana hasta que, con mucha dificultad, bajó del colectivo.
La perdí de vista, pero en mis pensamientos quedaron ella, su hijo, su bastón, la vejez, la juventud, el temblor y la seguridad también.
Sin dudas la vida se parece mucho a una rueda, y en cada tramo de su recorrido, estoy segura, no hay otro impulso para hacerla rodar que el amor.
 Liana castello