martes, 10 de marzo de 2015

Soy una madre egoista....





Fui y soy una de las madres mas egoístas del mundo, hoy lo sé. Nunca quise compartirte con nada ni nadie, sólo te quería ver sonreír y en mi desmesurado afán de no sentirte lastimada, creo que cometí excesos, que hoy, por suerte, no han sido decisivos. A veces pienso,¿qué madre no quisiera eso y más para sus hijos?...¡Ninguna! Pero veo a mi madre con insólita admiración y una profunda gratitud porque reconozco cuanto me dió, cuanto dejó de ser por mí, y se equivocó, ¡sí, muchas veces!, pero siempre la salvó su intención de buscarme el cielo, la tierra del nunca sufrir. Creo haberte demostrado que te amo. Que yo te protegería y pondría mi cuerpo y espíritu para arremeter contra las balas que traten de doblegar tu existencia, para defenderte de las innumerables tristezas que la vida te trae, porque nadie, nadie podría darte tanto como esta mujer que te ama más que a sí misma. Hoy quiero, hija de mi alma, rogar y rogar para que la vida generosamente se abra para ti, que cada caída sea sólo un traspié y que no permanezcas en el piso más tiempo del necesario. Te deseo un gran amor que te consuele, que te abrace, que te quiera que te transporte al mundo del amor real de pareja, y un amor cálido, de alguien que te quiera con afecto del bueno, que sea capaz de bajar la luna para ti porque te la mereces. Te deseo el sol, radiante y que cada día brille para ti. Te deseo melodías que calmen tu espíritu y la magnífica oportunidad de maravillarte de las cosas que ves y que aún te faltan por vivir Dicen que los hijos son prestados, que son de la vida... ¡Cuánta verdad! Sólo... sólo que yo no puedo aún desprenderme y decirte... "Vive, camina solo hija mía!", pero estoy tratando, te lo juro, de no inmiscuirme mas de lo necesario.
 Te amo, mamá.

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