sábado, 27 de diciembre de 2014

Dos ranas en apuros...



Dos ranas saltaron dentro de un cubo de nata en una lechería.

-Más vale que nos demos por vencidas –croó una de ellas mientras se esforzaba en vano por salir. Estamos perdidas.

-Sigue nadando –dijo la otra. Saldremos de alguna manera.

-Es inútil –chilló la primera. Es demasiado espeso para nadar, demasiado blando para saltar y demasiado resbaladizo para arrastrarse. Como de todas maneras hemos de morir algún día, mejor que sea esta noche.

Así que dejó de nadar y pereció ahogada.

Su amiga siguió nadando y nadando sin rendirse. Y al amanecer se encontró sobre un bloque de mantequilla que ella misma había batido. Y allí estaba, sonriente, comiéndose las moscas que acudían en bandadas de todas las direcciones.

viernes, 26 de diciembre de 2014

Los dos hombres y la chimenea.



-Maestro - preguntó un hombre - quiero aprender
 de tu sabiduría. Me gustaría poder tomar la
 decisión adecuada en cada momento. ¿Qué debo hacer?
 ¿Por donde debo empezar?

magoEn lugar de contestar,
 el sabio le formuló una pregunta:

- De una chimenea salen
 dos hombres. Uno con la cara tiznada
 y el otro con la cara limpia,
 ¿cuál de los dos irá a lavarse?

- Es evidente -dijo el hombre,
 sin pensarlo demasiado- que se
 lava la cara el que la tiene sucia.

- ¡En absoluto! –dijo, entonces,
 el sabio. ¡El que está limpio! Pues,
 éste, al ver al compañero sucio
 enfrente de él, se dice:
 “Ya que está sucio, yo también
 debo estarlo. Por lo tanto,
 tengo necesidad de ir a lavarme”. Mientras que el que está sucio,
 al ver a su compañero limpio, se dice: “Puesto que él está limpio,
 yo también debo estarlo. Por tanto no es necesario que vaya a lavarme”.

No siempre lo evidente acerca a la actitud adecuada. Ve a casa y piensa.

El hombre se fue y regresó a los quince días.
 Entonces le dijo al sabio:

- ¡Qué estúpido fui! Tenías razón.
 El que se lava la cara es el que la tiene limpia.

- En absoluto –contestó el sabio. ¡El que está sucio!
 Pues éste, al ver sus manos llenas de hollín,
 se dice: “¡Estoy sucio! Tengo que ir a lavarme”.
 Mientras que el que está limpio, al ver sus manos limpias
, se dice: “Como no estoy sucio no tengo necesidad de lavarme...”.

La inteligencia y la lógica no siempre pueden darte una
 evaluación sensata de una situación. Sigue pensando.

El hombre regresó a su casa y pasados quince días volvió:

- ¡Ya sé, maestro! Los dos se lavan la cara. 
El que tiene la cara limpia, al ver que el otro
 la tiene sucia, cree que la suya está sucia y
 se lava; y el que la tiene sucia, al ver que el
 otro se lava la cara después de verlo, comprende
 que la tiene sucia y también se la lava.

El sabio hizo una pausa y luego añadió:

-No siempre la analogía y la similitud te servirán
 para llegar a la evaluación correcta si no es de una manera fortuita.

-No entiendo –dijo, desalentado, el hombre.

El sabio lo miró atentamente y le dijo:

-¿Cómo puede ser que dos hombres bajen por
 la misma chimenea y uno salga con la cara
 sucia y el otro con la cara limpia? Los dos,
 forzosamente, tienen que tener la cara sucia.

Cuando un problema está mal planteado, todas las soluciones son falsas.

jueves, 25 de diciembre de 2014

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Muy felices fiestas!!!




Otra noche buena, otra navidad, se nos termina un año y tenemos uno nuevo arriba, que rápido pasa el tiempo!!!´
Estos últimos años han sido de los mejores de mi vida, sera que uno se da cuenta que ya no van a haber muchos mas por delante y los saborea mejor y les encuentra un gustito diferente. 
Solo el saber que mis hermanos, cuñados, sobrinos, sobrinos nietos y por supuesto mi hija, nieta, esposo y familia en general están saludables, sin ninguna nana importante, hace que me sienta tranquila y en paz.
Lo único que empaña una felicidad completa es el no tener a mis padres, pero sé que es la ley de la vida que se vayan antes que sus hijos y lo acepto, de cualquier manera siempre están en nosotros, que somos las semillas que ellos plantaron y cuidaron con esmero para que lleguemos a adultas sin ninguna plaga que nos afecte.
Habiendo descargado un poco mi mente, quiero decirles todos y  cada uno de ustedes, familia, amigos, vecinos, conocidos y a todos los que compartimos en el blog alegrías, tristezas, opiniones, acuerdos, desacuerdos, etc, que les deseo MUY FELICES FIESTAS sea lo que sea que estén festejando, para mi solo un hermoso día en familia. Un beso grande de abuela a todos

martes, 23 de diciembre de 2014

Nunca valores a las personas por su aspecto físico.





Erase una vez una "gordita" que enamoró perdidamente a un muchacho en forma y hermoso. En la soledad de sus departamentos, en el auto en un callejón a oscuras yen todos los moteles tenían sexo y se hacían el amor.
Sin embargo, el nunca por un año la sacó a un parque, a comer o simplemente al cine. Ella lo escuchaba negaría ante sus amigos y se molestaba. Pero cedía cuando escuchaba los te amo al oído, cuando sentía sus manos o cuando sus labios la callaban cuando llorando peleaba.
Un buen día la chica se cansó y eligió irse sin mirar atrás. Pasaron seis meses de angustia donde ambos en las noches se bebían las lágrimas e intentaron refugiarse en otros cuerpos, pero de nada sirvió.
El chico no aguantó más el vacío en su corazón e invito a sus amigos a salir. Allí en una mesa les dijo: "Necesito que me aconsejen, estoy enamorado como nunca, de una mujer excepcional pero no perfecta para los ojos de nadie."
Les confesó de quien estaba enamorado y ellos sorprendentemente le aconsejaron que se olvidara de la gente y la buscara. El chico se subió a su auto y voló a el departamento de ella. Tocó la puerta y para su sorpresa encontró una chica más esbelta, arreglada... Más hermosa. Se arrodilló y pidió perdón. Lloró por horas sin parar y ella solo le dijo...
"Lo lamento, mientras me fui porque no era lo suficientemente linda para ti, llegó alguien a mi vida que en vez de salir corriendo y criticarme, me enseño como alimentarme y durante varios meses me apoyo a ejercitarme. Nunca me dejó sola. Ahora tengo un hombre a mi lado. Un hombre completo que vio lo mejor de mi. Que te vaya bien."
Cerró la puerta y lo dejó allí sufriendo, igual que como ella lo sufrió por eternas noches.
Moraleja: "Si amas a alguien estarás orgullo de que todos lo sepan y jamás lo/a harás sufrir."

lunes, 22 de diciembre de 2014

Donando sangre...




Hace muchos Años, cuando trabajaba como voluntario en 
un Hospital de Stanford, conocí a una niñita Llamada 
Liz quien sufría de una extraña enfermedad. 
Su única oportunidad de recuperarse aparentemente era una 
transfusión de sangre de su hermano de 5 años, quien 
había sobrevivido milagrosamente a la misma 
enfermedad y había desarrollad los anticuerpos 
necesarios para combatir la enfermedad. 
El doctor explicó la situación al hermano de la niña, y le 
pregunto si estaría dispuesto a dar su sangre a su 
hermana. 
Yo lo vi dudar por solo un momento antes de 
tomar un gran suspiro y decir: Si , lo haré, si eso 
salva a Liz. 

Mientras la transfusión continuaba, el estaba acostado 
en una cama al lado de la de su hermana, y sonriente 
mientras nosotros lo asistíamos a el y a su hermana, 
viendo retornar el color a las mejillas de la niña. 

Entonces la cara del niño se puso pálida y su sonrisa 
desapareció. El miro al doctor y le pregunto con voz 
temblorosa ¿A que hora empezare a morirme? 

Siendo solo un niño, no había comprendido al doctor; 
el pensaba que le daría toda su sangre a su hermana. 
Y aún así se la daba.
 
Autor anónimo. 

domingo, 21 de diciembre de 2014

Siempre recuerda aquellos a quienes sirves.





En los días en que un helado costaba mucho menos, un 
niño de 10 años entro en un establecimiento y se 
sentó en una mesa. 
La mesera puso un vaso de agua en 
frente de el. ¿Cuanto cuesta un helado de chocolate 
con cacahuates? pregunto el niño. 
Cincuenta centavos, respondió la mesera. 
El niño saco su mano de su bolsillo y examino un número de monedas. 
¿Cuanto cuesta un helado solo?, volvió a preguntar. 

Algunas personas estaban esperando por una mesa y la 
mesera ya estaba un poco impaciente. 
Treinta y cinco centavos dijo ella bruscamente. 
El niño volvió a 
contar las monedas. 

Quiero el helado solo dijo el niño. La mesera le trajo 
el helado, y puso la cuenta en la mesa y se fue. 
El niño termino el helado, pago en la caja y se fue. 
Cuando la mesera volvió, ella empezó a limpiar la mesa y entonces le 
costo tragar saliva con lo que vio. 
Allí, puesto ordenadamente junto al plato vació, habían veinticinco 
centavos... su propina.