martes, 11 de noviembre de 2014

La Parábola de la Vaquita





Te comparto una parábola que tiene un significado muy especial en mi Familia,
 espero pueda serlo en la tuya.

Un Maestro de la Sabiduría paseaba por un bosque con su fiel Discípulo,
 cuando a lo lejos vio un sitio de apariencia pobre, decidiendo hacer una visita al lugar .

Durante la caminata le comentó al Aprendiz sobre la importancia de las visitas,
 así como de conocer a personas nuevas y diferentes, y las oportunidades
 de aprendizaje que nos brindan éstas experiencias.

Llegando al lugar, constató la pobreza del sitio; entre sus habitantes
 se encontraba una pareja y sus tres hijos que vivían en una casa de madera,
 estaban vestidos con ropas sucias y rasgadas, y no tenían calzado.
 Entonces el Sabio se aproximó al señor padre de familia y le preguntó:
 Si en este lugar no existen señales de trabajo ni puntos de comercio,
 ¿cómo hacen Usted y su Familia para sobrevivir aquí ?

El señor calmadamente respondió: Amigo mío, nosotros tenemos una vaquita
 que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos
 o la cambiamos por otros géneros alimenticios en el pueblo vecino, y con la otra
 parte producimos queso, cuajada, etcétera, para nuestro consumo, y así es como
 vamos sobreviviendo.

El Sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento,
 luego se despidió y se fue. En el medio del camino, se dirigió hacia su fiel discípulo
 y le ordenó al Aprendiz : " busque la vaquita, llévela al precipicio de allá en frente y
 empújela al barranco".

El joven, espantado, observó al Maestro, y le cuestionó sobre el hecho de que la
 vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia . Pero como percibió un
absoluto silencio por parte del Sabio, se fue a cumplir la orden. Así que empujó la
 vaquita por el precipicio y la vio morir. Aquella escena quedó grabada en la
 memoria del joven durante algunos años.

Un bello día el joven resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresó
 a aquel lugar para contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos. Así lo hizo,
 y a medida que se aproximaba al sitio comenzó a ver todo muy cambiado,
 bonito, con flores y árboles frutales, todo habitado, con lujoso carro en el garaje
 de elegante casa y algunos niños jugando en el jardín.

El joven se sintió triste y desesperado al pensar que aquella humilde familia
 tuvo que vender el terreno para sobrevivir; aceleró el paso y llegando allí fue
 recibido por un señor muy simpático; el joven le preguntó por una familia que
 vivía allí hace unos cuatro años; el señor le respondió que seguían viviendo allí. 

Espantado, el joven entró corriendo a la casa y confirmó que era la misma
 familia que visitó hacía algunos años junto con su Maestro. Elogió el lugar
 y le preguntó al señor (el dueño de la vaquita): ¿ Cómo hizo para mejorar éste
 lugar y cambiar de estilo de vida ?

El señor, entusiasmado, le respondió: "Nosotros teníamos una vaquita que
 cayó por el precipicio y murió; de ahí en adelante nos vimos en la necesidad
 de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que
 teníamos ; es de ésta manera como alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran ahora ".

PUNTO DE REFLEXIÓN:
Todos nosotros tenemos una vaquita que nos proporciona alguna cosa básica para
nuestra sobrevivencia, la cual es una convivencia con la rutina,
 NOS HACE DEPENDIENTES, Y CASI QUE EL MUNDO SE REDUCE A LO QUE
 LA VAQUITA NOS PRODUCE. 

No pretendamos seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes.
 Vivimos dentro de una zona de comodidad donde nos movemos, y creemos
 que es lo único que existe.

Todo lo conocido, cotidiano y fácil...

Tenemos sueños. queremos resultados, buscamos oportunidades, pero no
 siempre estamos dispuestos a transitar caminos difíciles .

Busca cuál es tu vaquita y aprovecha para empujarla por el precipicio,
quizás en tu vida como en la mía, podamos descubrir otra manera de encontrar
el triunfo. 

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