sábado, 24 de mayo de 2014

REFLEXION SOBRE LA POBREZA

No estalla como las bombas ni suena como los cuchillos. 
El hambre que mata callando mata a los callados, a los condenados al silencio y al olvido. 
De ellos sabemos todo. 
Los expertos, los pobrólogos, los estudian y nos ofrecen los datos actualizados. 
Cuántos son los pobres, en qué trabajan cuando trabajan, qué no comen, cuánto no comen, cuánto no pesan, cuánto no miden, qué no piensan, qué no vota, en qué no creen. 
Sólo nos falta saber por qué los pobres son pobres. 
Ellos que en las guerras son los muertos, y son los muertos en los huracanes, en los aludes, en los terremotos, en las inundaciones, en las sequías y en las demás catástrofes. 
Ellos que en las cárceles son los presos más solos. 
Y en las fábricas son los brazos más baratos. 
¿Será que los pobres son pobres porque su hambre nos da de comer y su desnudez nos viste? 
¿Qué sería de nosotros sin ellos?



No existe la pobreza, lo prevaleciente es la injusticia en la distribución de la riqueza. 
Con justicia, el pan sería compartido en equidad, pero sin ella, no bastan todas las riquezas para desaparecer el peor de los crímenes de la humanidad: sumir en la miseria a nuestros hermanos y hermanas.




-Eduardo Galeano


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