El pabilo encendido de mi vida vacilante,
muchas veces amenaza en apagarse,
yo lo ignoro y procuro de que el viento,
con sus ráfagas traicioneras no lo extingan.
Son momentos en que tiemblo sin motivo,
son momentos que divago en las tinieblas
son momentos en que el aire se hace espeso
y se rehúsa a entrar en mis pulmones.
Entonces sale rauda una actriz ya consumada,
y le hace ver a todos, que todo esta tranquilo,
en cambio dentro mio la sangre turbulenta,
hace del corazón un sonoro redoblante.
Y continúo andado por la vida, cuidando siempre
esa tímida llamita, que amaga y amaga en apagarse.
Virginia Pollero
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