miércoles, 12 de enero de 2011

Para mi hija, Shirley.


Yo quiero que tu sepas lo mucho que te amo,
que todas las mañanas lo primero que hago
es esperar que vengas para mirar tus ojos,
en ellos yo descubro que es lo que te pasa,
si estas alegre o triste, si estas nerviosa o calma,
si necesitas mi apoyo o solo mi silencio
y que no pregunte nada.
Yo se que es imposible verte siempre contenta,
que de momentos malos siempre se aprende algo,
pero si Yo tuviera algun poder divino de hacer
de que tu vida fueran solo alegrías, seguro que lo haría.
Solo así yo podría vivir tranquila,
sabiéndote feliz el resto de mis días.

Con todo mi amor, Mama.

Virginia Pollero